De la misma forma como los colores de una pintura o fotografía abstracta pueden producir un cierto estado de ánimo, los colores de un edificio o habitación pueden influir profundamente en cómo se sienten las personas que lo habitan. Fisiológicamente, muchos estudios han demostrado que la luz azul ralentiza la producción de melatonina, manteniendo a las personas más alertas o despiertas incluso de noche. Psicológicamente, las personas asocian ciertos colores con ciertos sentimientos siguiendo patrones culturales y experiencias previas; por ejemplo, pueden percibir el color rojo como amenazante o aterrador debido a su conexión con la sangre.
En conjunto, la elección del color de un espacio puede tener efectos complejos sobre cómo se sienten sus usuarios, mientras que una fachada se puede percibir de maneras dramáticamente diferentes dependiendo de sus tonos. A continuación, resumimos las asociaciones emocionales de cada color, evaluando sus diferentes efectos al utilizarse en el espacio arquitectónico.
Rojo
Dependiendo de su tono, el rojo puede ser asociado con la pasión, la emoción o el calor, pero también puede asociarse con el miedo o peligro. La forma en que se utiliza el color y la disposición del espacio pueden determinar cómo es percibido exactamente. Los tonos marrones más oscuros pueden parecer bochornosos y tentadores, mientras que los rojos brillantes cercanos al neón son amigables y llamativos. Si el rojo lo abarca todo y no se piensa bien, puede parecer agobiante, pero si se hace de manera efectiva puede crear una experiencia ambiental única. Los toques de rojo en espacios de colores más neutros también pueden ser un método muy efectivo para atraer la atención de las personas hacia objetos o elementos específicos.
Naranja
Aunque inusuales, los usos arquitectónicos del color naranja pueden crear espacios relajantes, luminosos y amigables. Menos ostentosos que los de color rojo, los espacios naranjas son más tranquilos pero aún brillantes y joviales. Debido a que es menos agresivo, también es menos 'riesgoso' para su uso en abundancia.
Amarillo
El amarillo es consistentemente radiante y alegre. Puede usarse en todo el espacio y también puede utilizarse para resaltar elementos específicos de una manera menos abrumadora que el rojo. Debido a sus asociaciones amistosas y extravagantes, se utiliza comúnmente en espacios infantiles como guarderías y escuelas primarias, y por su luminosidad, es propicio para que cualquier espacio gris o sombrío parezca más vivo rápidamente. Los amarillos más pálidos o anaranjados pueden generar espacios asociados a la calma.
Verde
Otro color inusual para la arquitectura, el verde, particularmente el verde esmeralda o el verde pastel, es muy relajante y sanador. Incluso el verde neón, por más brillante que sea, generalmente parece más tranquilo que otros colores de neón. Sin embargo, el amarillo verdoso, si no se utiliza correctamente, puede parecer extremadamente 'clínico', particularmente en yuxtaposición con el blanco. Externamente, las paredes verdes y los techos verdes sugieren sostenibilidad y connotan una calidez amigable.
Azul
El azul es fresco, relajante y seguro. En los techos, se acerca a lo 'celestial', mientras que los elementos azules individuales, como columnas o muebles, se encuentran entre los usos más comunes de los colores primarios en la arquitectura. Las instalaciones de luz azul también se encuentran entre las más efectivas para potenciar espacios al aire libre.
Morado
El morado puede ser aún más suave y relajante que el azul, particularmente cuando se utiliza en sus tonos pastel y en entornos de luz difusa. El morado neón, particularmente las luces moradas de neón, son brillantes y emocionantes, y pueden causar una impresión duradera debido a su singularidad.
Blanco
Las paredes blancas se encuentran entre las características más comunes de la arquitectura moderna por sus connotaciones de pureza y limpieza. En las paredes exteriores, producen sombras dramáticas y fachadas planas e impecables, mientras que en espacios interiores pueden hacer que los usuarios se sientan tranquilos pero alertas. Los techos y paredes blancos también ayudan a difundir la luz, haciendo que los espacios interiores parezcan más amplios y luminosos.
Negro
Los edificios negros tienden a parecer fríos y contemplativos, aunque también pueden ser percibidos como lúgubres en ciertas situaciones. Una iluminación bien pensada en interiores y en exteriores negros puede hacer que las habitaciones y las fachadas se sientan menos oscuras y opresivas. Si bien la arquitectura de madera negra puede parecer rústica e introvertida, los detalles metálicos en negro se utilizan habitualmente para generar espacios elegantes y modernos.
Evidentemente, el color tiene un enorme poder emotivo tanto en interiores arquitectónicos como en exteriores. Sin embargo, cuando se diseña con color, incluso con tonos comunes como el blanco y el negro, también se debe tener en cuenta la iluminación, el material y el diseño. Como cada color connota una gran cantidad de emociones diferentes, desde la alegría o la tranquilidad hasta el miedo o el agobio, sólo un diseño coherente y holístico puede garantizar que el uso del color genere el efecto deseado.
Editor's Note: This article was originally published on December 19, 2019.